Nuestra Historia
Un Amor que Nació entre Montañas
Hace 35 años, en medio del paisaje andino lleno de esperanza, Salustio Juárez Sagastisaval, hijo de Huancaray – Andahuaylas, y Magdalena Elizabeth Ayquipa Salas, orgullosa hija de Antabamba, decidieron unir sus vidas para siempre. Fue un 29 de junio de 1990, en la iglesia Santiago Apóstol de Huancaray, cuando se dieron el “sí” ante Dios y bajo la bendición del Niño Jesús de Huancaray. Ese día sellaron un compromiso que, con el tiempo, no ha hecho más que crecer y fortalecerse.
El Legado de un Amor Verdadero
Fruto de esa unión nacieron cuatro hijas, quienes se convirtieron en su mayor orgullo y reflejo de los valores sembrados en el hogar. Magda Elizabeth, la mayor, junto a su pareja Yimy Acuña Gonzales, les regaló a Kiefel e Itzel, dos nietos que llenan de luz sus días. Flor de María, con su esposo Ramiro Cajamarca Estrada, les dio al pequeño Savick Santiago Lustiel, un niño lleno de ternura. Kárelyn, junto a Juan Carlos Palomino Miranda, les obsequió a Carlos Jhareck, una nueva alegría en sus vidas. Finalmente, Susan, la menor, continúa forjando su camino con la fuerza heredada de este amor inquebrantable.
35 Años de Historia, Familia y Esperanza
Hoy, al mirar el camino recorrido, Salustio y Magdalena no solo celebran 35 años de matrimonio, sino una vida compartida, una familia que creció con amor, y un legado que echa raíces profundas. Su historia es testimonio de compromiso, perseverancia y cariño, un ejemplo de cómo el amor verdadero puede florecer con el tiempo y dejar huellas imborrables en quienes los rodean.
